LA ESCALADA DE TENSIONES ENTRE IRÁN E ISRAEL
Irán e Israel han mantenido una relación marcada por la confrontación y la hostilidad, una dinámica que se remonta a factores históricos, políticos y religiosos. Por un lado, Irán busca consolidar su posición como poder regional respaldando a grupos que desafían los intereses de Israel, como Hezbollah en Líbano y Hamas en Gaza. Este apoyo ha sido un componente importante de su estrategia para contrarrestar la influencia israelí y promover su agenda en la región. Por otro lado, Israel, con una historia marcada por conflictos y amenazas a su existencia, considera a Irán una amenaza para su seguridad. La retórica antiisraelí, agravada por el conflicto en Gaza, junto con el desarrollo de un programa nuclear controvertido por parte de Irán, ha exacerbado las tensiones entre ambos países, manteniéndolos en un estado de hostilidad mutua.
El pasado 1 de abril, Israel atacó el consulado de Irán en Siria, resultando en al menos 7 muertos, incluidos altos cargos iraníes. Este incidente no solo constituye una violación de la soberanía siria, sino que también infringe el derecho internacional que protege la inviolabilidad de las misiones diplomáticas y consulares, consideradas territorios soberanos del Estado que representan. Al ser el consulado una extensión del territorio soberano de Irán, el ataque fue percibido como un ataque directo contra su soberanía. En respuesta, Irán lanzó más de 300 proyectiles contra Israel en un contraataque previamente anunciado. A diferencia de Israel, cuyos objetivos suelen ser civiles y personal humanitario, Irán dirigió sus ataques específicamente contra bases militares israelíes, lo cual se considera una forma legítima de autodefensa según el derecho internacional.
La retórica beligerante y la rivalidad geopolítica entre ambos países han influido en conflictos regionales y han dado lugar a enfrentamientos indirectos. Sin embargo, el contraataque iraní marca la primera confrontación bélica directa entre ambas naciones. En este contexto, es importante mencionar que no se trató de un ataque aleatorio de Irán contra Israel, sino de un contraataque en legítima defensa después de que Israel atacara el consulado iraní en Siria. Las acciones de Israel buscaban provocar a Irán para justificar un contraataque como parte de una estrategia para desviar la atención de Gaza y obtener el respaldo de Occidente mediante la creación de un conflicto regional mayor. Ante discursos vacíos y falta de solidaridad internacional, la escalada de la violencia era predecible.
A pesar de la súbita condena internacional a los ataques a Israel, la comunidad internacional ha guardado silencio ante el ataque al consulado iraní en Siria y los crímenes de guerra en Gaza durante los últimos seis meses. Esto pone de manifiesto la doble moral de la comunidad internacional y cómo los intereses políticos y económicos prevalecen sobre los derechos humanos y el derecho internacional, el cual no se aplica de manera uniforme para todos los países. Es probable que Israel utilice el contraataque iraní para presentarse como víctima y así justificar y perpetuar sus acciones. La condena internacional por los ataques iraníes representa una victoria para Israla-escalada-de-tensiones-entre-irán-e-israelel tras meses de distanciamiento y críticas occidentales por la situación en Gaza.
La decisión de Irán de poner fin a décadas de una estrategia de contención y guerra indirecta contra Israel ha sacudido a la región, dejando un escenario incierto e impredecible. Pese a que es pronto para sacar conclusiones, las repercusiones de estos eventos dependerán en gran medida de la reacción de Israel y de la capacidad de Estados Unidos, uno de sus principales aliados, para contener una escalada militar. Israel representa un obstáculo significativo para una paz duradera y estabilidad en la región. Si no se logra contener la escalada del conflicto, la región corre el riesgo de verse envuelta en un conflicto todavía mayor con consecuencias humanitarias desastrosas. Mientras tanto, es crucial que la arraigada rivalidad entre Israel e Irán no desvíe la atención de la situación en Gaza y de las urgentes necesidades humanitarias que persisten ahí.